REPORTAJE: La Rioja, tierra de vinos

Posted on 10/24/2009 by Ana de Quinto


Además de un paraje característico en el que las mantas de viñedos cubren la tierra, en La Rioja encontramos pueblos fantásticos por los que perderse entre sus callejones, hoteles rurales en los que el trato personal es inigualable y por supuesto una calidad gastronómica que hará que muchos se enamoren de esta tierra, que además de sus vinos tiene muchas otras cosas por descubrir.



ggggggggggggggggggggggg Viñedos de las bodegas Ysios. Laguardia (Rioja Alavesa)


La Rioja es una pequeña Comunidad Autónoma con mucho que ofrecer a todos aquellos que estén dispuestos no solo a conocerla sino también a vivirla. Muchos de los eligen este destino para sus vacaciones, lo hacen llamados por el olor y el sabor de sus vinos, pero una vez que llegan descubren que hay mucho más que ver y disfrutar. Por otro lado, La Rioja puede ser una opción muy original para hacer un viaje con los amigos si hacemos una ruta enológica y podemos pasar el fin de semana más romántico de nuestras vidas cenando en las bodegas más exquisitas y durmiendo en cualquiera de los hoteles rurales con encanto que encontraremos por la zona. Lo que sí es seguro, es que vayamos donde vayamos nos encontraremos en una tierra donde la hospitalidad de sus gentes nos hará sentir como en casa.


Los pueblos de La Rioja

Perderse por los rincones de algunos de estos pueblos es una experiencia maravillosa. Al pasear por las calles de Haro, San Millán de la Cogolla o Ezcaray hace que a uno le invada una sensación de calor de hogar, de admiración por sus maravillosos edificios y bienestar total por la paz que ofrecen.

Ezcaray, por ejemplo, es un pueblo situado en la parte occidental de la Comunidad Autónoma en el valle del Alto Oja. Para comenzar a conocer este municipio, es necesario empezar dando un paseo a pie por la plaza del pueblo en la que sin duda se darán cuenta de la vida que hay en la localidad. Prevalecen las casas típicas de la zona con las vigas de madera y fachada de piedra, la mayoría de ellas tienen balcones en los que es típico ver multitud de flores de diversos colores en los que predominan los blancos y morados. Los soportales de la plaza están llenos de tabernas en las que podrán hacer una parada en el camino y disfrutar de un buen chato de vino y degustar el exquisito chorizo de la zona. Para continuar la ruta, hay que pasear recorriendo las calles que están alrededor de la plaza donde se encuentra algún palacete de camino al río digno de verse. Otra opción para los visitantes más activos, es acudir al pueblo en temporada de invierno, ya que aquí se encuentra la estación de esquí Valdezcaray donde los amantes de este deporte podrán disfrutar de 22 kilómetros esquiables en uno de los parajes más bonitos de la sierra de la Demanda.

Si nos desviamos 32 kilómetros hacia el este, llegamos a
San Millán de la Cogolla donde se encuentran los monasterios de Suso y Yuso, que son considerados patrimonio de la humanidad. El más antiguo de ellos, el monasterio de Suso, fue construido en el siglo VI, aunque fue remodelado en sucesivas ocasiones hasta el s. XI, momento en el que se construyó el monasterio de Yuso. Además de la belleza de ambos monasterios por sus detalles arquitectónicos y por el paraje tan espectacular que les rodea, estos dos monasterios son considerados la cuna de la lengua castellana, ya que fue aquí donde se encontraron los primeros códices en los que aparece el castellano escrito. Sin duda es una visita que merece la pena, se puede comenzar el día visitando ambos monasterios, lo que nos ocupará toda la mañana. La entrada general para visitar los monasterios cuesta 4 € y hay tarifas reducidas para jubilados y niños. Después será necesario hacer una parada para comer en cualquiera de los bares y restaurantes del pueblo en los que se recargarán las fuerzas para continuar por la tarde con una senda por la sierra, siguiendo el curso del río Cárdenas.


ggggggggggggggggggggggg Monasterio de Suso. San Millán de la Cogolla


Otro pueblo que merece ser comentado es Haro, que destaca, entre otras cosas, por ser el pueblo con más bodegas a su alrededor, entre las que encontramos las bodegas de Muga, La Rioja Alta, donde se hace el Viña Ardanza o las bodegas López de Heredia cuyo vino estrella es el Viña Tondonia. Este pueblo destaca por ser la zona más habitual para hacer turismo enológico por la proximidad y número de bodegas, que como se puede comprobar con los ejemplos dados, son de las más conocidas por el público. Además de esto, el casco histórico de Haro es una parada obligatoria ya que está formado por edificios y callejuelas medievales. Entre los más destacables se encuentran la Puerta de Santa Bárbara, la Basílica de Santa María de la Vega y en su plaza principal el ayuntamiento, que data del s. XVIII. Haro, como ya se ha dicho, es famoso por sus vinos y por ello, en el pueblo hay una calle que por su forma es conocida como La Herradura, en la que los bares y tabernas se suceden uno tras otro. Aquí el chato de vino y el pincho se convierten en las estrellas, siendo lo típico tomarse uno en cada local hasta terminar la ruta, aunque eso ya depende del hambre que se tenga y del aguante de cada uno.

En lo que se refiere al alojamiento en las zonas rurales citadas predominan los hoteles con encanto y hospedajes rurales que destacan por la amabilidad de sus dueños y por que consiguen que los visitantes se sientan como en casa, cuidando cada uno de los detalles. En la localidad de Ezcaray destacan por su diseño y cuidado los apartamentos
Real Valle Ezcaray situados a dos minutos del pueblo, en un paraje inigualable. Además sus tarifas son bastante asequibles. El precio de una habitación para dos personas es de entre 49 € y 56 € dependiendo de la fecha.

En San Millán de la Cogolla nos encontramos con la
hospedería La Calera, un hotelito rural espectacular del que no querremos salir jamás. La hospedería destaca por su perfecta decoración rural, bañera de hidromasaje en las habitaciones y por unas vistas impresionantes desde donde alcanzamos a ver ambos monasterios, todo por un módico precio que varía desde los 48 € hasta los 55 €.

Por último en Haro, podremos elegir entre una amplia oferta de alojamientos incluyendo todo tipo de hoteles y casas rurales. En esta ocasión vamos a destacar Señorío de Briñas, una hospedería que pone a disposición de sus clientes todo tipo de lujos en un palacete del s. VII – VIII. La decoración de esta hospedería destaca por su buen gusto y por la mezcla de los estilos clásicos y de vanguardia. Como ejemplo, encontramos en la antigua bodega del palacete un spa donde podremos disfrutar de una relajante visita eligiendo entre los múltiples servicios que se ofrecen, como los masajes terapéuticos o la vinoterapia. Antes de reservar es aconsejable consultar las ofertas disponibles ya que nos permiten rebajar el precio considerablemente. Ahora destaca la oferta por la cual pagando 85 € la noche (de domingo a jueves) ofrecen alojamiento, desayuno, acceso al spa y visita a la bodega.

Logroño, la capital del vino

Logroño es una ciudad tranquila y pequeña, caracterizada por ser atravesada por el río Ebro y por los puentes que unen el casco histórico con la zona más moderna. Cuando paseamos por Logroño lo primero que va a llamar nuestra atención es la imponente catedral de Santa María de la Redonda que se erige en la plaza principal de Logroño, conocida como la plaza del Mercado. Este edificio fue construido en el s. XII aunque fue remodelada en sucesivas ocasiones hasta el s. XVIII, pero lo más llamativo de la catedral, se encuentra en su interior. Allí, podremos ver que hay un gallo y una gallina vivos dentro de una jaula en memoria de un milagro que sucedió en la ciudad. Además de la catedral, destacan los edificios del Museo de la Rioja, construido en el s. XVIII y propiedad de la esposa de Espartero, en la actualidad acoge exposiciones de arte, arqueología y etnografía. Como icono que debe ser resaltado de esta ciudad hay que hablar también de la Puerta del Revellín, último escollo de la antigua muralla que rodeaba la ciudad y símbolo que recuerda a los logroñeses su victoria ante las tropas francesas en 1521.

Estando en la tierra del vino hay que dar por supuesto que la visita a su capital no puede quedarse en un paseo por el centro de la ciudad. Además de tener un centro que destaca por su amplia oferta comercial, hay que encontrar la famosa
calle del Laurel, también conocida como la senda de los elefantes, por que se dice que todo el mundo que va, sale trompa. Aquí encontramos algo parecido a la calle de La Herradura de Haro, pero con unas dimensiones mucho mayores y con una tradición de tapeo y de vinos inigualables. La ruta se compone de cuatro pequeñas calles y 39 tabernas, cada una de las cuales tiene una especialidad concreta, o una selección muy reducida de tapas, lo que hace que sean absolutamente espectaculares. Por ejemplo, si tenemos antojo de patatas, no comeremos otras mejores que en la taberna del Laurel cuya especialidad son las tortillas de patata y las bravas, si preferimos algo más ligero los pinchos de champiñón del bar Soriano son especialmente famosos entre todos los riojanos y seguro que cuando los prueben querrán comerse más de uno. Otra opción muy económica, si vamos un grupo de gente, es pasarse por el bar Blanco y Negro, que ofrece una selección de bocatitas para todos los gustos y a muy buen precio.

Sin duda, la visita a Logroño es parada obligatoria y con todo lo que tiene que ofrecer, es seguro, que todo aquel que vaya por primera vez volverá, no sólo una sino todas las veces que pueda a esta fantástica ciudad. Para alojarnos, el
hotel Carlton Rioja ofrece todas las comodidades de un hotel de cuatro estrellas en pleno centro de la ciudad, a cinco minutos a pie de la calle Laurel y de la catedral, tiene un servicio excepcional y las habitaciones son muy amplias. Pero si nos interesa otro tipo de alojamiento los precios más competentes en los hoteles de la ciudad los encontramos en la página web http://www.destinia.com/.


El vino, protagonista indiscutible

Todo visitante de La Rioja va en busca del sabor y el olor de la sangre de esta tierra, y en esta comunidad autónoma, han sabido cómo sacarle partido a aquello que les da de comer y que es pasión para muchos riojanos.

Además de las visitas a lugares como los que se han comentado, es apasionante conocer cómo nace el vino, cómo se trata y con que cariño, los lugareños, saben sacar el mejor partido a las uvas de sus viñedos. Para ello, la gran parte de
las bodegas de la zona ofrecen visitas guiadas por sus instalaciones y viñedos y explican todo el proceso, desde la recogida de la uva hasta el embotellado, ofreciendo en prácticamente todas las ocasiones una degustación de sus vinos al final de la visita. Para conocer las bodegas tenemos dos opciones posibles. En primer lugar, podemos organizarlo por nuestra cuenta, sólo tendremos que elegir la bodega que deseamos visitar y solicitar hora para la visita. Por otro lado hay empresas que se encargan de organizar las rutas por toda La Rioja incluyendo en sus precios el alojamiento, las visitas a las bodegas (que dependiendo del pack contratado podrán ser una o varias), alguna cata degustación de vinos y a partir de aquí todos los extras que se quieran contratar, pudiendo incluso diseñar nosotros mismos el tipo de ruta que se quiere hacer. Los precios de estos viajes organizados varían entre 150 y 400 euros por persona. Para más información de este tipo de viajes y reservas consultar con la empresa Vintage Spain, Rutas del vino.

Otra opción que encontramos, es el dispositivo que ha puesto en marcha la Comunidad Autónoma con el servicio del Vinobus. En esta ocasión podrán conocer La Rioja, en un autobús a un precio muy asequible, eligiendo una ruta de las siete que están disponibles y sin preocuparse por la conducción a la hora de degustar los fantásticos vinos. De esta manera, se unen la gastronomía, la cultura y el vino para ofrecer a los viajeros una visión asombrosa de la zona que va desde las bodegas más antiguas, visitas a los lugares más insólitos por los que pasaron los templarios o una visión de esta tierra como paso de los peregrinos que se dirigen a Santiago. Todas las visitas duran aproximadamente cinco horas y tienen un precio de 19 € por persona. Para más información sobre cada una de las rutas y para realizar reservas, visitar la página web del Vinobus de la oficina de turismo de La Rioja.


Documental, “La tierra con nombre de vino”

Para finalizar el reportaje, me voy a tomar la libertad de recomendarles el
documental “La tierra con nombre de vino”, protagonizado por el director de cine Fernando Colomo y por el actor Diego Martín. En este documental, ambos amigos deciden recorrer La Rioja descubriendo algunas de sus maravillas, Fernando para documentarse para una película y Diego como acompañante y conductor en esta pequeña aventura. Es curioso cómo se reflejan los sentimientos y sensaciones que embargan a estos dos viajeros, la paz que respiran, la belleza que admiran y el disfrute del sabor más intenso de esta tierra. Eso es lo que se siente cuando vas a La Rioja y aun no he encontrado a nadie que opine lo contrario.


vvvvvvvvvvVideo de 7:01 minutos de duración

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